La cactácea más mexicana –el nopal– ha sido por siglos una planta cuyo espíritu multiusos ha develado innumerables beneficios para quienes han tenido la fortuna de vivir en tierras donde naturalmente crece.
Los nopales, de tallos carnosos y hojas ovales y espinosas, regala desde la época precolombina grandes metáforas en torno a la sustentabilidad del pueblo mexicano. Porque es gracias a esta y otras especies flora como el maguey que el antiguo México se nutrió de una sola planta, a través de métodos originales, antes de que la conquista y con ella sus costumbres arrojaran las primeras simbiosis culturales. El notchtli o nopalli, mantuvo innumerables beneficios principalmente alimenticios y medicinales para nuestros antiguos. Y dado que todo el territorio fue y sigue siendo fértil para que se dé el nopal, hoy ingeniosos productores les ha ocurrido rescatar ese mercado y con ello beneficiarse económicamente.
Es bien conocido el fascinante brote de nopales que se da naturalmente en la región de Milpa Alta, en la Ciudad de México –se pueden ver nopales crecer incluso a la orilla de los caminos. Y dado que existen miles de productores de nopal locales que venden su mercancía como alimento en México y Estados Unidos, hoy les ha ocurrido producir casi cualquier cosa con lo sobrante de este vistoso cactus.
Desde tortillas, jugos pasteurizados, galletas saludables, golosinas efervescentes y condimentos alimenticios hasta champú (que combate la calvicie), jabones, repelentes, desengrasantes industriales, impermeabilizantes y pintura (como en épocas prehispánicas); hoy el nopal sobrante es transformado por algunos de sus productores en cientos de productos que les permiten vivir de ello. Al rededor de 4,300 hectáreas son cultivadas para germinar nopales, de la mano, también de El Teuhtli (El Dios) el volcán de la región que da riqueza a las tierras.
Los productores de Milpa Alta advierten que hoy en día no se puede obtener mucho de la siembra de otros alimentos mexicanos como lo es el maíz y el frijol, más sin embargo, del nopal sí.
Además de encontrar a sus productores –en el centro local de la región–, desde las 3 de la mañana vendiendo sus costales de 200 nopales que oscilan entre los $30 y $50 pesos, otros productores han decidido crear una una planta procesadora de nopal para así transformar los excedentes en productos como los antes mencionados.
En la planta incluso se ha creado cerveza artesanal, la “nopacheve”, que tiene como base el nopal y según sus productores no provoca resaca porque justamente es el nopal el que regula el azúcar del alcohol en el torrente sanguíneo.
El nopal –que es rico en calcio, potasio, fósforo, fibras, vitaminas (A, B, B2, C y K), clorofila y proteínas, así como bueno para regular el colesterol, combatir la diabetes, el cáncer, enfermedades del colon, del hígado y del páncreas, entre otros beneficios relacionados con el sistema inmunológico, nervioso, digestivo y urinario–, es hoy considerado el “oro verde” de la producción agrícola de la CDMX.
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